En tercero de liceo tuve mi primera clase de física y pensé “Yo quiero vivir de eso”, cuatro años después estaba por entrar a la facultad y nada había cambiado mi opinión.
Tengo varios amigos que pasaron por un período de elección de carrera, algunos pasaron por una crisis, otros simplemente probaron varias cosas hasta encontrar lo que preferían. Yo por otro lado nunca tuve una duda, la verdad es que no se había presentado otra cosa que quisiera hacer. Me habían preguntado si quería hacer ingeniería, principalmente porque me aseguraría un trabajo bien remunerado pero nunca me atrajo a pesar de lo que mis amigos y familiares podrían pensar.
No tener dudas sobre mi carrera, por más extraño que parezca, me hizo dudar. Mis amigos habían elegido su carrera tomando la que preferían entre varias opciones, probablemente podrían haber hecho otra carrera pero eligieron la que más disfrutarían. Yo no tuve opciones, nunca se me apareció una segunda carrera que quisiera hacer y me sentí algo atrapado.
“Qué pasa si no puedo terminar la carrera? Hay algo más que pueda hacer?”
Sin saber la respuesta comencé la carrera y no tuve un mal comienzo, fue entretenido e incluso pude realizar un proyecto de investigación junto con una compañera y un profesor. El primer año pasó sin muchas complicaciones, el segundo fue el comienzo del fin. De 9 materias que cursé ese año, rendí exámenes de 3, ya sentía como que no quería dedicarle tanto esfuerzo pero saqué algo de ese año, disfruté mucho de la programación, no me interesaba crear programas de interfaz humana sino utilizarla para realizar simulaciones y resolver problemas. En ese momento comencé a considerar cómo sería estudiar programación pero me di cuenta de que no era realmente lo que quería.
Comenzó el siguiente año con un buen inicio pero a la mitad del primer semestre todo perdió su curso y terminé no haciendo nada. Un amigo me convenció de tomar unos cursos en ingeniería pero eso me llevó a concluir que esa facultad simplemente no me gustaba, no era para mí. Más tarde me anoté en cursos de Batería y Corte y Confección. Unos días aprendía a marcar ritmos y otros a hacer camisetas. Ambos cursos los sigo haciendo y han sido muy entretenidos pero nada de lo que quisiera sacar una carrera.
Finalmente este año comencé a trabajar. Tomé un par de cursos en la facultad pero tampoco los terminé y cuando llegó el segundo semestre alguien me convenció de que no sería mala idea considerar hacer otra carrera, quizás algo corto para después volver a física, y por primera vez en varios años consideré hacer algo distinto. Algo que había estudiado por mi cuenta fue programación, aprendí yo mismo de internet y he estado probando distintas cosas desde entonces, pero ya sabía que no quería programar utilidades, me gustaban las simulaciones, la solución de problemas y… los videojuegos! Algo que he intentado hacer varias veces son videojuegos, incluso hice una pequeña demo una vez. Hace años ni habría considerado hacer una carrera como desarrollador de videojuegos pero ahora tenía más información y sabía que era posible y quedé sorprendido al darme cuenta de que eso era lo que quería hacer.
No sé si es que tengo los mejores amigos y familiares del mundo, quizás sea porque varios de ellos han pasado por un cambio de orientación o algo similar, pero a todos los que les he contado me han mostrado su apoyo y por alguna razón me sigo sorprendiendo.
Así es cómo decidí cambiar de carrera de Licenciatura en Física a Desarrollador de Videojuegos pero si pudiera volver al principio, haría lo mismo otra vez.
